martes, 7 de abril de 2015

Cosas que te dicen desde que eres madre...


Parece ser que desde que te quedas embarazada, el filtro y la prudencia de la gente desaparece y se sienten con la necesidad de soltar comentarios cada cual menos afortunado... No sé a qué se debe, pero es así.

Cuando me acababa de enterar de que estaba embarazada, antes que una enhorabuena, la gente no podía contener su curiosidad y ansias de cotilleo y me preguntaban entusiasmadísimos "pero, pero... ¿fue buscado o una sorpresa?". Hmmm... Gracias por no felicitarme ni darme la enhorabuena. Obviamente, no respondí a ese tipo de preguntas, porque esa información la considero privada y confidencial, y es algo que sólo le incumbe a mi marido y a mí. He de decir que los primeros que me preguntaron eso fueron mis padres, y aún siguen sin saber la respuesta. No me pareció muy acertado que me hicieran esa pregunta, por muy padres míos que fueran. Mi respuesta a esta pregunta, fuera quien fuera el que lo preguntara, era bastante directa: "¡¿y a ti qué te importa?!". No, no me ando con rodeos, lo siento.

Luego cuando empieza a asomar esa tripilla, que no llega a parecer de embarazo, sino más bien que te has pasado comiendo croissants, vienen las señoras del centro médico, vecinos o viejos de las paradas de autobús que se te quedan mirando fijamente a la barriga, intentando hacer una radiografía para descifrar la incertidumbre que les inunda en esos momentos, queriendo saber si estás simplemente gorda o estás preñada. Los más atrevidos directamente te preguntan "¿Estás embarazada?", a lo cual siempre respondí asintiendo con la cabeza y sacaba el móvil simulando que escribía un mensaje a alguien. Puedo llegar a ser borde, lo sé, y con las hormonas del embarazo aún más.



Cuando ya tienes claramente una barriguita típica de embarazada, ya ahí la gente (es decir, completos desconocidos) no se contiene naaaadaaa, y te sueltan a bocajarro comentarios tipo "Pero niñaaa, ¿qué traes mellizos?", "¿Estás segura que sólo viene unoooo?", "Estará por nacer ya, ¿no?", "Mi hija también puso mucho peso en el embarazo...", o "¡ayyyy, mi aaaarrrrmaaaa, con to er caloooo y tú con el bomboooo, madre del amor hermosooooo...! ¡qué pesadillaaaaaa!" (esto último extraído literalmente de la boca de una señora gitana que me lo gritó desde la acera de enfrente a unos 20 metros de distancia, e hizo que varios transeúntes voltearan la cabeza y se quedaran todos mirándome)... En fin. Es tener ganas de meter el dedo en la llaga. Porque a mí me empezaron a decir todas esas cosas desde que cumplí los 6 meses de embarazo... ¡que todavía me quedaban 3 meses, leche! Y peores son los que te empiezan a contar las malas experiencias de parto de completas desconocidas. Ante esos casos, hacía literalmente oídos sordos, porque no quería enterarme ni predisponerme mal y cogerle miedo al parto. La gente tiene una sensibilidad tremenda, ¿verdad?

Luego llega el momento parto. El día que llamas a tu maridín al trabajo y le dices "cari, ¡que me he puesto de parto! Así que no te entretengas mucho y ven directo a casa cuando salgas... Pero tú tranquilo que sólo estoy teniendo contracciones cada 3 minutos, y las tolero muuuy bien. Yo mientras me voy a dar un repasito con la depiladora y me voy a la ducha, ¿vale?". Y luego llegas al aparcamiento y tienes que subir la cuesta infernal de la entrada del hospital (y mientras subes esa cuesta te estás acordando de la madre, padre y todos los difuntos del arquitecto que decidió construir el hospital así...), y mientras te van mirando raro la gente. Llegas diciendo que estas de parto, pero eso sí, te pasan a la sala de espera. Y te encuentras a muuuchas parejas super ilusionadas con barriguitas pequeñas, jugando al Candy Crush, o cuchicheando sobre si van a tener nene o nena... y ahí estás tú, con tu barriga enooorme, pesada, los tobillos como las patas de un elefante, con contracciones cada vez más intensas, cada 2-3 minutos, que no sabes ya qué cara poner. Te sientas, y con cada contracción ya no sabes qué hacer para no asustar a las parejas primerizas que esperan con ilusión sus primeras ecografías. Pero por las miradas que me iban poniendo de preocupación o miedo, acabé por irme al pasillo a caminar algo, a ver si me ayudaba a sentirme mejor y evitaba que cundiera el pánico en la sala de espera. Luego por otro lado están los profesionales de salud. Que no dudo que habrá buenos. Pero desde luego, yo debo tener la peor suerte del mundo porque a mí no me tocaron. Desde que los que no me tomaban en serio, y decían que yo lo que tenía era un ataque de ansiedad (sí, sí, así me lo dijo una enfermera, hasta que luego me hizo una exploración y me pusieron en monitores y se tuvo que morder la lengua y tragarse sus palabras, porque lo siguiente que dijo fue "pues me temo que de este hospital no saldrás ya sin tu bebé, porque efectivamente estás de parto". ¡Toma, chúpate esa!), hasta médicos que entraron a las 6 de la mañana en la habitación de dilatación gritando que yo no estaba ahí para dormir sino para dilatar y parir, y que un hospital no es un hotel donde pasar la noche... Para un descanso que me dieron las contracciones y eché una cabezadita, vino éste tío a despertarme y echarme la bronca por tomarme un descanso... ¿Perdona? ¿Qué culpa tengo yo de estar reventada después de casi 12 horas de contracciones cada 3 minutos y que se hayan parado un poco y me haya quedado dormida?



Y luego nace el churumbel. Si durante el embarazo la gente no se callaba, ya ahí se creen con derecho y obligación a decirte cómo debes hacer las cosas, a saber cada detalle de tu bebé o de tu forma de criarlo (y también empiezan a meter las odiosas comparaciones, entre tu bebé y los hijos de fulanita). "¿Cómo lo vas a llamar? ... ¡Pero ese nombre es muy feo!" (gracias enfermera, por intentar arruinarme los primeros 5 minutos de vida de mi bebé en mis brazos, en pleno paritorio), "no lo llamaréis como el padre, ¿verdad? ¡Porque ese nombre es horrible!" (tomamos nota, gracias) "no lo tengas siempre/tanto en brazos que lo estás mal acostumbrando" (otra vez, gracias enfermera), "¿pero otra vez le vas a dar la teta?" (gracias mamá, suegra y enfermeras/matronas y personal sanitario, pero en eso consiste la lactancia a demanda, darle el pecho cuando lo pida, sean 20 minutos o 1 hora), "este niño tiene hambre" (gracias auxiliar de enfermería, seguro que tú conoces a mi hijo mejor que yo, y desconoces que hace 2 segundos estaba enganchado a la teta), "te está usando de chupete" (gracias madre de la compañera de habitación), "déjalo en la cuna y si llora, que se acostumbre" (gracias doctor y enfermera), "lo llevas muy desabrigado", "lo llevas al pobre asadito" (¿en qué quedamos?), "¿te han quedado estrías?" (mmm... ¿te conozco? ¿qué demonios te importa?), "si regurgita es que no lo estás haciendo bien" (claro, claro), "¿cuánto tiempo le vas a dar el pecho?", "ah, claro como tú no trabajas..." (he de decir que ese comentario con desdén en la mirada me mata; es cierto que la conciliación laboral y familiar no es una realidad en España, ni en muchos países, pero usar la incorporación laboral como excusa para tomar una u otra decisión en la forma de crianza me pone de los nervios; primero, trabajar trabajo, como madre y ama de casa desde las 7 hasta que me acuesto, y además durante los primeros meses de vida de mi peque seguí con mi trabajo de autónoma, realizándolo desde casa y no disfruté de baja de maternidad porque los clientes no sabían esperar ni entendían lo que es estar embarazada, parir y tener un recién nacido; así que sé qué es trabajar y tener un bebé y compaginarlo todo, créeme, lo sé)... y las tan populares preguntas que vienen al mes de haber parido a la critatura son "bueno, ¿y para cuándo el segundo?" (si tantas ganas tienes de tener otro recién nacido en tus brazos, ponte tú a la obra, chica, porque ésta que está aquí ahora mismo ni se lo plantea) y "uy tu marido estará ya desesperado con eso de la cuarentena... " (comentario discreto donde lo haya, oye).



Ahora que mi peque tiene 18 meses me siguen haciendo preguntas indiscretas sobre el hermanito, sobre la lactancia y sobre la forma de criar a nuestro hijo, en el centro médico se acercan desconocidos a hacerle monerías al niño y lo tocan (cosa que me saca de quicio, no ya por los virus y bacterias, que también, pero porque lo agobian; y al igual que a mí no me gusta que un desconocido invada así mi espacio personal y me toque, pues a mi hijo tampoco), en la calle los vecinos preguntan que cuándo lo vamos a llevar a la guarde o al cole, y ha habido veces en los que alguna señora mayor se ha avalanzado a cogerme al niño y me ha dicho "¿lo puedo achuchar?"... Todo el mundo se cree que porque eres madre estás dispuesta a responder a ese tipo de preguntas y es socialmente aceptable. Pues no sé si es que yo soy una estirada antisocial o qué, pero yo no voy preguntándole a nadie que cuándo hacen ñiqui ñiqui ni voy robando hijos ajenos para achucharlos... No sé, quizás soy yo rara... Pero no entiendo por qué una vez que te quedas embarazada, todo el mundo cree que puede decir esas cosas sin ningún atisbo de vergüenza ni prudencia o tacto.

¿A vosotras también os ha pasado? Decidme que no soy la única a la que esta costumbre social le está tocando ya un poco las narices...


6 comentarios:

  1. A mí me toca oír lo de : y ahora a por la niña, no???? jajajaja... Y como soy de poca barriga en los embarazos, me dicen eso de que va a ser pequeño..si, si..el segundo casi 4 kilos!

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    1. jajaja ay madre, la gente que no sabe tener la boca cerrada!
      A mí me salió bastante barriga, también en proporción a mi cuerpo chiquitillo parecía aún mayor... Porque sólo puse 6kg. Pero la gente que disfruta haciendo esos comentarios o si no, no se quedan contentos!

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  2. A la gente le encanta opinar gratuitamente!! y además para decir cosas que no sientan bien! yo me enfermo....

    Te he nominado a un premio en mi blog! pásate a recogerlo cuando quieras!! te lo mereces!

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  3. Cielo. Yo a comntarios d ese tipo de poco tacto hago dos cosas: o lo ignoro , o respondo d forma q se nteren que sus opniones no son bien recibidas . Yo m h vacunado d eso, aunq ultimamnt m hace falta racion doble d vacuna. Saludos.

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    1. Sí, o pasas o respondes... Pero igualmente al final acaban poniéndote negra! jajaja

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