miércoles, 25 de marzo de 2015

Confesiones de una mami primeriza


* Ser mami no es fácil, y siendo primeriza, he llegado a sentir miedo y angustia, al preguntarme si lo estaba haciendo bien. Todavía me lo sigo preguntando a diario.
 
* Nada es blanco o negro. He dado pecho a demanda de manera exclusiva, pero he de reconocer que en algún momento tuve que recurrir al biberón cuando un fin de semana, con una mastitis de caballo y fiebre de 42º, me recetó la médico que había en urgencias un antibiótico no compatible con la lactancia (el lunes fui a mi médico de cabecera para que me buscara otro antibiótico compatible con la lactancia). ¿He dado pecho a demanda de manera exclusiva hasta los 6 meses? Sí, así lo considero. ¿Le tuve que dar durante dos días biberones? Sí.

* Dar el pecho no me hace sentir ni mejor ni peor madre, por más que muchos intenten encasillarnos y juzgarnos. Hasta los 6 meses la gente me miraba con buenos ojos, y hasta me felicitaban por dar el pecho "durante tanto tiempo". Una vez pasados los 6 meses, todos me miran de reojo, ponen muecas, susurran, o directamente mis familiares me dicen que voy de moderna, que soy rara, que ya debería haber dejado de dar el pecho hace mucho tiempo... y en definitiva, me tocan los ovarios las narices.

* Detrás de toda buena mami, hay un gran papi que está siempre a su lado, apoyándola y ayudándola en todo lo que sea posible, y estando presente en la crianza del peque. Si no fuera por mi marido, no sé qué sería de mí. Me ha dado tranquilidad, seguridad en mí misma, y se ha convertido más si cabe en mi "equipito". Somos un equipo y estoy tremendamente orgullosa de que esté con él en este tinglao.

* Eso de que 3 son multitud... A nosotros nos ha unido aún más. Antes de tener al pequeñín estábamos muy unidos y felices, y sabíamos que traer a un cachorro humano podría ponernos a prueba. Teníamos miedo que el cansancio y las hormonas del embarazo y postparto/lactancia jugaran una mala pasada en nuestra contra. ¡Pero lo cierto es que nos ha unido más! Sí, tuvimos muchas discusiones. Sí, le eché la mirada asesina (ya sabéis cuál es). Sí, nos sacamos de quicio mutuamente. El postparto fue un periodo de adaptación, pero nos ayudó a aprender cómo resolver mejor los conflictos, ponernos en la piel del otro, y sobre todo a ser pacientes y comprensivos. Tener al pequeñín nos ha fortalecido, sentimos más admiración por el otro y estamos aún más enamorados el uno del otro.

* Cuando parece que le has cogido el truco a esto de cuidar de tu propio bebé, viene el destino con una cruel burla y hace que te quieras chocar la cabeza contra una pared. Repetidamente. Eso pasará cada dos por tres, sobre todo en el primer año de vida de la criatura. ¿Has conseguido que tu peque duerma del tirón a los 2 meses? Tranquila, llegará un momento en el que decidirá que eso fue para que te confiaras... ¿Parece que ahora acepta dormir la siesta en su cuna? Tranquila, eso sólo será hoy y mañana; pasado volverá a reclamar dormir encima tuya. ¿Parece que ahora la lactancia va viento en popa? Tranquila, que ya vendrán las crisis de lactancia, y tu retoño parecerá que no sabe ni lo que quiere...

* A veces estoy deseando que el peque no quiera terminarse su comida, para poder comérmela yo. Me suele pasar cuando la cena es pizza, o el premio después de la fruta de la merienda es una barrita de chocolate o unos Aspitos...

* A veces tu churumbel estará realmente inaguantable. Sí, por muy lindo que sea, la palabra para describirlo es inaguantable. Obviamente, él no lo hace por fastidiarnos, pero por mucha crianza de apego, mucho cariño que le pongas, muchos recursos que utilices para sacarlo de ese bucle de queja y llanto constante, mucho optimismo y positivismo,  y todas tus sonrisas... Por dentro, estarás sopesando qué opción elegir como siga el monstruito un minuto más así: darlo en adopción, venderlo en el mercadillo de los domingos, o defenestrarlo. Por algo mi marido y yo, hemos calificado esos días horribles en los que el niño está insoportable "días balconing", es decir, "está pa' tirarlo por el balcón". Habrá que tomárselo con humor, ¿o no?

* Los niños "de alta demanda" existen. No son un cuento chino. Ven y te dejo al mío un día y ya me cuentas después.

* Un rico batido de chocolate por la mañana y mucho humor han sido mis ingredientes secretos para disfrutar de cada día con mi enano.

* Ser madre primeriza para la gente es sinónimo de lela. Así que te bombardean de consejos de todo tipo y te dejan muy claro que algo estás haciendo mal. A mí me funcionó, así que algo estarás haciendo... Aaargggghhh. Harta me tienen. Al final aprendes a hacer oídos sordos, o a responder de manera borde y cortante. Yo hago las dos cosas, según quién sea el que me habla. ¿Tienes un consejo y no te lo he pedido? Guárdatelo para ti.

* Las comparaciones son odiosas. Siempre evito hacer comparaciones con otros bebés o niños, porque no sirve de nada y son dañinas. Cada niño es un mundo, y llevan distintos ritmos. Pero cuando son otros los que comparan a sus retoños con el tuyo, me empieza a salir humo por las orejas. El último caso, un muchacho (sí, no siempre son las madres... también los padres tienen guasa) en la cola de la caja del Mercadona. No lo mandé a freír espárragos por no liarla, pero ganas no me faltaron.

* Me da pena que llegue el día en el que el peque decida dejar el pecho. Me siento egoísta, pero esa es la realidad. Es uno de los pocos momentos del día en los que el bichito está tranquilo, en brazos, jugueteando sus manos con mis manos, mi cara o mi pelo, y es muy especial. Realmente es algo que echaré de menos. Y lo curioso es que cuando empecé a dar el pecho, al principio, el dolor y la falta de sueño me hacían desear que el destete llegara pronto. Menos mal que la cosa mejoró a las pocas semanas y la lactancia pasó a ser algo que realmente disfrutaba.

Fuente


* Desde que soy madre, por la noche (y también durante el día), me afloran miedos y preocupaciones que jamás se me habían pasado por la cabeza. ¿Y si que hable tan poco es signo de autismo? ¿Y si no le estoy estimulando lo suficiente? ¿Y si la he pifiado con eso de hablar dos lenguas en casa y le he hecho un cacao mental al pobre? ¿Y si dejarlo ver algo la tele es un grave error? ¿Le estaré dando una dieta rica, sana y equilibrada? ¿Y si con tanto nervio que tiene, acaba teniendo fracaso escolar por no ser capaz de concentrarse? ¿Y si aprende a escapar de la cuna y se pega de cabeza contra el suelo? ¿Habrá vomitado esta noche y no me habré enterado? ¿Y si ha cogido frío en el paseo? Y así, un largo etcétera.

* A pesar de las preocupaciones, miedos y los días balconing, desde que soy mami siento un amor incondicional y tan fuerte que a veces creo que me va a explotar el pecho y una felicidad inmensa con cada sonrisa, beso, abrazo o sus formas de decirme "te quiero". Porque a pesar de esas largas noches en vela, ese doloroso postparto, y ese inicio complicado en la lactancia, todo mereció la pena. Y lo repetiría, claro que sí. Porque es el dolor más bello, la felicidad más profunda, y el amor más eterno que podré experimentar.

3 comentarios:

  1. Todo lo que cuentas creo que nos ha pasado y sigue pasando a todas!!! hasta lo de comernos sus sobras...que se lo digan a mis lorzas de atrás!!!

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    1. jejejeje lo de las lorzas me suena jajajaja eso de que les pasa a todas me hace sentir mejor jijiji Gracias por pasarte y dejar un comentario!! :)

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  2. jajajaja! Total!! Estoy de acuerdo en todo y me ha pasado todo! Las que dicen que sus niños son perfectos y solo duermen y sonríen, se están quietecitos y sonríen... no me creo nada! Yo les dejo al mío con solo 10 meses y que le sigan el ritmo durante un día, a ver qué tal acaban!

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